
Carlos Mariaca, el secretario Ejecutivo de esta entidad recuerda que este 15 de febrero se cumple tres meses desde el día que partieron en Trinidad. Entonces eran 17 personas y pronto se fueron integrando otros.
Entre los dos coches que custodian la marcha van amarrados uno a uno los que componen la caravana, a veces ensayan una canción, en otro momento avanzan en silencio. Cuando viene el viento acuden a la ropa de abrigo y si la lluvia llega intempestivamente apuran la marcha en busca de un lugar para protegerse.
Las personas con capacidades especiales pasan los días más duros de su marcha, porque en el altiplano rinden un examen duro, con el cuerpo más curtido y, como si fuera poco, no les dejaron pernoctar en Lahuachaca, porque, según la versión de los que están en la caravana, los habitantes de esa región habrían recibido instrucciones del Ministerio de Gobierno. (El Diario, La Paz)
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