"Aquel hombre era, a mis ojos, un poco el resumen de toda una tropa intelectual de izquierdas que, sin el prestigio de los grandes mártires ni el oportunismo de los pequenos vividores, se había quedado entre dos aguas, en las entrecojas de la vida española, pasando hambre y viviendo a otra luz, a un sol lejano y anterior, que era el único que les iluminaba un poco las paginas primeras e ilusionadas que empezaron a publicar cuando España todavía era libre y ellos eran adolescentes..."
Francisco Umbral
(IN: La noche que llegué al café Gijon, p. 35)
Respeito aos museus, sou discípulo fervoroso de Marinetti. Mas estar em Madrid e não queimar 7:50 euros no Prado (7:50 é o preço para aposentados, os que ainda estão na escravidão ativa pagam 15:00) é mais do que uma infamia. Acho ridículo ir vinte ou trinta vezes na vida ver os mesmos Caravagios; o cavalo de Guernica, os lances da guerra, de Goya, um perfil de Pio Baroja ou mesmo a gorduchinha Eugenia Martínez Vallejo desnuda, de Juan Carreño de Miranda. Qualquer sujeito que ainda tem tesão pela vida sabe que essas filas imensas diante das bilheterias simbolizam, no mínimo, a babaquice do mundo.
Entrei assim mesmo. Confesso que com a intenção praticamente única de ver a pintura Menipo, de Velásquez, o filosofo grego que ninguém, nem os professores de filosofia, conhecem.
Aproveitei para deter-me uns minutos diante Dos borrachos, também de Velázques; do San Onofre, de Francisco Collantes; de Lot y sus hijas, de Francisco Furini; de Um músico confortando a São Francisco, de Francisco Ribalta e de Diana y sus ninfas siendo surpreendidas por sátiros, de Rubens. Sem falar dos Tres músicos ambulantes, de Jacob Jordaens e outros que não pude evitar por estarem no caminho... Valeu!
Quando saí, a fila estava dando voltas na avenida do Prado, praticamente só petimetres e chupatintas, tanto da Europa, como da Ásia e da América latina. Foi-me impossível não lembrar de um parágrafo de Francisco Umbral: "Aquel hombre era, a mis ojos, un poco el resumen de toda una tropa intelectual de izquierdas que, sin el prestigio de los grandes mártires ni el oportunismo de los pequenos vividores, se había quedado entre dos aguas, en las entrecojas de la vida española, pasando hambre y viviendo a otra luz, a un sol lejano y anterior, que era el único que les iluminaba un poco las paginas primeras e ilusionadas que empezaron a publicar cuando España todavía era libre y ellos eran adolescentes..."
Madrid anoiteceu mais cedo e de tanta gente nas ruas parece Beijing.
Quando saí, a fila estava dando voltas na avenida do Prado, praticamente só petimetres e chupatintas, tanto da Europa, como da Ásia e da América latina. Foi-me impossível não lembrar de um parágrafo de Francisco Umbral: "Aquel hombre era, a mis ojos, un poco el resumen de toda una tropa intelectual de izquierdas que, sin el prestigio de los grandes mártires ni el oportunismo de los pequenos vividores, se había quedado entre dos aguas, en las entrecojas de la vida española, pasando hambre y viviendo a otra luz, a un sol lejano y anterior, que era el único que les iluminaba un poco las paginas primeras e ilusionadas que empezaron a publicar cuando España todavía era libre y ellos eran adolescentes..."
Madrid anoiteceu mais cedo e de tanta gente nas ruas parece Beijing.
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