Todos los días se perpetúa el holocausto más grande de todos los tiempos: el holocausto animal. Diariamente son asesinados millones de animales con fines humanos: para abastecer la demanda de carne, para vestirse de sus pieles, para experimentar medicamentos en ellos, por diversión, por “deporte” o por gusto. La muerte de los animales representa el último eslabón de la cadena de tortura a que son sometidos los animales por el capricho y el egoísmo de los humanos.
Mataderos, laboratorios de vivisección, circos, zoológicos, cacería de animales salvajes, corridas de toros, peleas de perros y de gallos, matanza de focas, antirrábicos, industria peletera, comercio de “mascotas” y “animales exóticos” reflejan la cruel realidad de los animales.
Todos esos sitios de explotación y de matanza existen porque existen humanos que desean los productos de la tortura, quienes trabajan en esos lugares no hacen más que ejecutar las acciones que la sociedad demanda: la sociedad es culpable de un holocausto horrendo contra los animales.
Los humanos han despojado arbitrariamente de todo derecho a los animales. Invaden sus espacios, destruyen sus hogares, contaminan el aire que respiran, les persiguen, les torturan y asesinan de manera impune y cobarde. La explotación animal es la más condenable de todas las injusticias, porque oprime a los que no pueden reclamar sus derechos ni organizarse para su liberación: más intolerable que el fascismo, más intolerable que el nazismo, más intolerable que la esclavitud es la explotación animal.
Todos los días se perpetúa el holocausto más grande de todos los tiempos: el holocausto animal. Diariamente son asesinados millones de animales con fines humanos: para abastecer la demanda de carne, para vestirse de sus pieles, para experimentar medicamentos en ellos, por diversión, por “deporte” o por gusto. La muerte de los animales representa el último eslabón de la cadena de tortura a que son sometidos los animales por el capricho y el egoísmo de los humanos.
ResponderExcluirMataderos, laboratorios de vivisección, circos, zoológicos, cacería de animales salvajes, corridas de toros, peleas de perros y de gallos, matanza de focas, antirrábicos, industria peletera, comercio de “mascotas” y “animales exóticos” reflejan la cruel realidad de los animales.
Todos esos sitios de explotación y de matanza existen porque existen humanos que desean los productos de la tortura, quienes trabajan en esos lugares no hacen más que ejecutar las acciones que la sociedad demanda: la sociedad es culpable de un holocausto horrendo contra los animales.
Los humanos han despojado arbitrariamente de todo derecho a los animales. Invaden sus espacios, destruyen sus hogares, contaminan el aire que respiran, les persiguen, les torturan y asesinan de manera impune y cobarde.
La explotación animal es la más condenable de todas las injusticias, porque oprime a los que no pueden reclamar sus derechos ni organizarse para su liberación: más intolerable que el fascismo, más intolerable que el nazismo, más intolerable que la esclavitud es la explotación animal.
http://g1.globo.com/mundo/noticia/o-suicidio-da-veterinaria-que-sacrificou-centenas-de-caes-de-rua-em-taiwan.ghtml
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